Unos buenos cava y champagne siempre deben servirse muy fríos, a una temperatura de 7ºC, que es la temperatura ideal para degustar su sabor. Para conseguir y mantener esta temperatura no basta con enfriar la botella, sino que además debemos mantener fría la copa.

Un modo sencillo de conseguirlo es introduciendo las copas en agua fría con hielo, pero resulta incómodo pues se mojan y deben secarse, al menos en el exterior, proceso durante el cual vuelve a calentarse la copa y quedan restos de agua en el interior que diluyen ligeramente el cava y el champagne.

En Caveduke somos conscientes de esta cuestión y para resolverla hemos ampliado nuestro catálogo de productos con una serie de ultracongeladores capaces de enfriar sus copas en 2 segundos, con un proceso de frío seco que no perturba ni el sabor ni el olor de la bebida, pues deja la copa totalmente fría y seca.